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martes, febrero 27, 2007

Direcciones Cambiantes en el Periodismo. Digitalización y redefinición de los diarios impresos Por Jordi Alberich y María Luisa Cárdenas



Históricamente, los medios de comunicación de masas han ido buscando (y encontrando) su lugar entre los receptores. Cada uno de ellos (prensa, radio, TV, …) ha implementado vías y estrategias diversas para adaptarse a las múltiples demandas que les presentan sus públicos a diario, cuyas exigencias, como sabemos, dependen de muy diversos factores: de la urgencia por conocer los acontecimientos, de la profundidad que precisen en su tratamiento, de su preferencia por disponer de imágenes en movimiento, o incluso –más recientemente- de su satisfacción por interactuar con los mismos periodistas o protagonistas de los eventos.

Los medios de comunicación se ven condicionados y encaminados -en su constante e incansable búsqueda de adeptos-, a diseñar y desarrollar productos originales y diferentes, nuevas alternativas que los hagan cada día más atractivos para el gran público. Un capítulo reciente, de máxima representatividad en este sentido, lo encontramos sin duda en la convivencia contemporánea del (viejo) periodismo impreso con el (nuevo) periodismo digital en el seno la Sociedad de la información actual.

Aunque, de acuerdo con la historia y la evolución de los medios de comunicación modernos, la aparición de un nuevo medio de comunicación no provoca la extinción de los ya existentes, su surgimiento origina sin duda un proceso de desplazamiento, redefinición y reidentificación de los ya existentes al nuevo escenario comunicativo. La implementación creciente de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en nuestra sociedad está implicando sin duda importantes cambios en la definición e identidad del conjunto de los medios de comunicación existentes.

Viéndolo con perspectiva histórica, observamos una y otra vez como los nuevos medios han convivido con los viejos medios, aunque obligando a estos últimos a buscar de forma renovada su lugar entre los receptores1. Con la llegada de Internet asistimos hoy al capítulo más reciente de este proceso. Pese a que los más catastrofistas piensan que puede ser el fin definitivo de los diarios impresos, éstos se defienden y ofrecen nuevas alternativas a diario. De hecho, hasta el momento se mantienen e incluso siguen creciendo tanto las cabeceras como los lectores2.

La redefinición y actualización de la prensa a la que hoy asistimos ha empujado ésta al uso y exploración de nuevos recursos y estrategias. El nuevo periodismo impreso ha cambiado la presentación de sus contenidos, ha pasado de unos textos impregnados del estilo informativo a otro más profundo y elaborado, el denominado estilo interpretativo. También ha buscado nuevos temas y ha humanizado sus contenidos, haciendo a los ciudadanos protagonistas de las noticias. Para todo ello requiere de profesionales expertos en el uso, gestión y tratamiento de la información y de la acción comunicación, tanto para el análisis como para una perfecta elaboración y redacción de sus contenidos.

Con la irrupción de la radio ya los periódicos sufrieron la primera gran rivalidad, las noticias se ofrecían ahora de forma inmediata y deslocalizada, y contra esto la prensa no podía competir. La expansión de la televisión en los años sesenta dificultó aún más su supervivencia. Gracias, entre otros recursos, al uso del estilo interpretativo la prensa no desapareció como se esperaba, “sino que los medios audiovisuales prosperaron aprovechando sus características, principalmente la inmediatez, mientras que los periódicos se hacían fuertes en la explicación, el contexto, el complemento de la noticia”3.

Con la aparición de Internet en la década de los noventa, el problema vuelve a presentarse, y la prensa sigue defendiéndose, buscando y encontrando de forma renovada su lugar en el conjunto de la mediasfera contemporánea. Este será precisamente nuestro objetivo, radiografiar qué cambios están teniendo los periódicos y diagnosticar cuáles deberían experimentar para competir con este nuevo medio, señalando las transformaciones que presenta el nuevo periodismo impreso, en ocasiones de forma exclusiva, y en otros casos por imitación o inspiración en las nuevas dimensiones comunicativas que abre Internet.

Reflexión, profundidad y análisis
Los distintos soportes informativos establecen un estilo acorde al medio, cada uno requiere del suyo propio. En la televisión, con un dominante y cada vez mayor carácter espectacular, se impone la imagen. En la radio va a primar la inmediatez, mientras que los diarios digitales harán uso hoy de las dos características antes citadas: imagen y rapidez. Sin embargo, en los medios impresos se buscará la reflexión, la profundidad y el análisis4 como elementos diferenciadores.

A lo largo de la historia, el estilo y estrategias periodísticas usadas por los diarios impresos han estado en consonancia con las condiciones sociales de su época. Pese a que hoy resulte habitual hablar de homogeneidad -por encima de diversidades culturales, políticas o históricas- cuando nos referimos al periodismo actual, por supuesto esto no siempre fue así. Mientras que en Estados Unidos los periódicos siempre se ocuparon de informar, en Europa, hasta la I Guerra Mundial, tuvieron una preocupación ideológica, estaban en manos de los grupos más sensibilizados políticamente, “actuaban como tribuna y acicate de tertulias de elites políticas e intelectuales. Costumbrismo, crítica social y literaria animaron el crecimiento y desarrollo de firmas con notables cualidades literarias”5. A medida que nos adentrábamos en el siglo XX, la sociedad fue tomando conciencia de que la información veraz y rigurosa era esencial para avanzar en libertad.

Será a partir de la segunda mitad del recién concluido siglo cuando comiencen a multiplicarse los canales de difusión. Los medios audiovisuales van a dar lugar a una nueva asignación de roles6. Primero la radio, y sobre todo la nueva era de la televisión, inaugurarán un espacio comunicativo dominado por la velocidad y la espectacularización, reasignando así el lugar y sentido del resto de medios de comunicación, en especial el de la prensa.

Los periódicos no se limitarán ya a contar las noticias, su misión será explicarlas. Ello no quiere decir que hayan desaparecido el resto de géneros. Lo que ocurre es que los periódicos presentarán de otro modo los contenidos, la información pura sólo se utilizará para temas menos relevantes y tratados con menor profundidad. El lector necesita conocer el porqué de los hechos y el periodista impreso ha de explicárselo, dando así lugar a una nueva narrativa periodística representada a través de los géneros interpretativos.

La noticia como mera nota informativa no requiere de un amplio conocimiento del tema que se aborda, basta con que el periodista tenga un buen dominio de su estructura, una mente organizada y capacidad para sintetizar. La dificultad la localizamos en los géneros interpretativos, donde es necesario que el profesional que los aborde tenga conocimientos suficientes para poder medir las dimensiones de los acontecimientos. El lector precisa que el periodismo impreso le ofrezca tanto los antecedentes del suceso, como los datos actuales y sus posibles consecuencias.

El objetivo final de la información interpretativa será relacionar un hecho que acaba de producirse con otros simultáneos o anteriores, e incluso con acontecimientos que pueden suceder en un futuro. Para que esto sea posible se requiere de la figura de un periodista hermeneuta, que explique lo ocurrido y dé lugar a una interpretación de los hechos. “Por ser el mundo moderno tan complicado y difícil de entender, se ha vuelto necesario no sólo informar acerca de las noticias, sino de explicarlas e interpretarlas”7. La interpretación, no ha de entenderse como un género periodístico sino como un enfoque del propio proceso informativo, es una forma de tratar la información. De hecho, en la actualidad, desde la noticia, pasando por la entrevista y finalizando en la crónica y el reportaje hacen uso de sus técnicas.

Como bien dibuja Sanmartín8, en el proceso informativo cabe establecer un triple nivel: en primer lugar se ubican los datos sobre los que se asientan los hechos noticiosos, es la parte objetiva del relato. La noticia puede detenerse en esta fase y aquí se ubican los géneros informativos, pero también pueden progresar hasta el segundo nivel, que sería el interpretativo o explicativo. En él se profundiza aún más en los datos ofrecidos, de este modo la información resulta mucho más completa, además se añaden deducciones lógicas de los datos aportados y explicitados. En el tercer nivel se sitúan los géneros de opinión, en los que se narran las ideas que suscitan los temas de actualidad en el redactor, sujetas éstas a factores subjetivos como la ideología, los prejuicios o los intereses.

Las normas de la redacción periodística marcan que el periodismo de opinión esté claramente diferenciado del interpretativo, aunque es bien cierto que en ocasiones resulta muy difícil establecer la frontera. Como bien expresa Bezunartea, la interpretación aporta un gran compromiso, ya que no sólo porta los datos sino el significado: ella nos dará la clave para comprender mejor lo que ocurre. En la actualidad, y de forma creciente, somos testigos de cómo el periodismo impreso contemporáneo extiende la interpretación a todas sus páginas, y como veíamos anteriormente, contaminando a todos los géneros.

Limitaciones de espacio y tiempo en la red
La interpretación se ha convertido en la estrategia básica de readaptación de los periódicos impresos al nuevo escenario comunicativo digital. Frente a la competencia creciente de los periódicos digitales y del resto de medios de información y comunicación digital, el periodismo impreso presenta y opone su mayor capacidad de profundización e interpretación, gracias entre otros motivos, a no estar sometido a las limitaciones y dificultades que aún hoy ofrecen las pantallas y los sistemas multiplataforma para presentar cantidades importantes de información.

Los periódicos y medios digitales presentan la dificultad de no poder ofrecer fácilmente textos extensos, debido a los límites de la pantalla del ordenador, que dificultan visualizar más de unas 25 líneas de texto simultáneamente9, imponiendo así una restricción al periodista que opta por documentos amplios. En prensa digital resulta habitual recomendar el uso y publicación preferente de textos breves, pues sus lectores prefieren la utilización de enlaces al uso de barras de desplazamiento. Pasar de pantalla implica pasar de idea. Aunque el redactor pueda incluir, si lo desea, dos o más ideas en cada pantalla, éstas no deben tener continuidad plena en la siguiente, pues la naturaleza no-lineal de todo hipertexto electrónico, favorece que el lector pierda la razón continuidad y deba volver atrás para no perder el sentido de lo que está leyendo. Todo ello, además de resultar molesto, puede potenciar el abandono. Igualmente, en prensa digital también resulta habitual recomendar que en la primera pantalla quede reflejada la longitud del texto, ya que el usuario de la red la desconoce (aunque exige), hecho que no ocurre en el soporte papel donde se puede ver y comprobar con mucha más facilidad10.

Todo esto viene a demostrar que, como medio informativo, la red difícilmente ofrece amplias informaciones de actualidad, en ella prima la inmediatez, o bien una profundidad siempre fraccionada en temas enlazados a través de enlaces sucesivos. Contrariamente, en los periódicos impresos la lectura deviene más cómoda y dúctil, posibilitando abandonar la lectura y retomarla sin condiciones ni limitaciones técnicas de conexión, de batería, o de navegación.

Como puede observarse, frente a la inmediatez que ofrece el medio digital, los medios impresos presentan otras alternativas que lo distinguen del resto. En ellos se impondrá el análisis del acontecimiento, y además la reflexión no tendrá la caducidad de la información instantánea fundamentada en información de datos, siempre ampliables o rectificables. En Internet, pese a su brutal disposición de espacio -aunque fraccionado-, para la publicación de la información, lamentablemente, carece en demasiadas ocasiones del tiempo necesario para el análisis e interpretación adecuada de la misma.

La redefinición de los géneros periodísticos
El nuevo escenario comunicativo que supone la aparición de la prensa digital en la actual sociedad de la información redefine el uso de los géneros periodísticos convencionales. Autores como Mike Ward11, expresan que la estructura tradicional de la noticia, la conocida pirámide invertida en la que se desarrolla la información de mayor a menor importancia, concibiéndola en un bloque sólido de secciones engarzadas, presenta un problema para su difusión en Internet. Para ello proponen desmantelar la pirámide y dividir en secciones las distintas temáticas de la noticia. De esta forma se consigue hacer textos más cortos, que no obliguen a utilizar la barra de desplazamiento.

En los géneros que requieren tradicionalmente una mayor extensión, el periodista habrá de buscar soluciones, porque su lectura se vuelve más complicada, así ocurre con el reportaje, la entrevista y la crónica. Para combatir las limitaciones de espacio, como todos sabemos, se ofrecen otras alternativas consistentes en despiezar el texto matriz y conectarlo con los distintos fragmentos por medio de enlaces (links). La lectura no será secuencial lo que dará lugar a otra forma de presentarse los géneros tradicionales. Asimismo, como expresa María Teresa Sandoval12, ello puede crear demasiados fragmentos y causar confusión en el lector cuando navega por las secciones.

La profundización, el análisis y el tempo tradicional, propio de las redacciones de prensa impresa, se oponen a la mecanización de la inmediatez información (hoy) demasiado habitual en el periodismo digital. Conviene recordar una vez más como, sin duda, “en las salas de redacción hace falta la pausa en medio del vértigo (…). Contar la realidad desde su propia experiencia, dejar el confort de la oficina, hacer al lado el teléfono, gastar las suelas de los zapatos mientras perciben todo lo sorprendente y novedoso de lo que ocurre cotidianamente en las calles”13.

En demasiadas ocasiones el periodismo digital ofrece noticias resumen de lo acontecido sin ahondar ni valorar los hechos. Fórmula que aplican repetitivamente en la actualidad algunos diarios digitales y numerosos periódicos gratuitos. Este sistema aún se agrava más con la creciente deshumanización en la redacción de la información, es decir cuando a esto se le suma que ni siquiera un redactor escribe la noticia.

Este es el caso de Thomson Financial, una empresa financiera estadounidense que utiliza desde marzo del 2006 un software que elabora noticias económicas sobre los resultados de una compañía en tres décimas de segundo después de que se dan a conocer. Según el director de desarrollo del contenido noticioso de Thomson, Andrew Meagher, “para ciertas noticias, este tipo de servicio de noticias automático es ideal. Garantiza rapidez y consistencia y reduce los errores humanos inherentes al seguimiento de noticias sobre los resultados de una empresa”14.

Según el corresponsal de la agencia Dow Jones para España y Portugal, en declaraciones difundidas por El País, “nunca, aunque el mundo bursátil, incluidas las noticias se tiende a la automatización, siempre se necesitarán periodistas para analizar los datos y tendencias futuras”. E incluso Thomson expresa que va a duplicar la plantilla de la agencia AXN. Su idea no es sustituir a sus reporteros, explica Meagher, sino liberarlos de la tarea mecánica de dar noticias sobre los resultados de compañías para que se puedan concentrar en lo que saben hacer mejor: “Buenos análisis”.

Pero no todo son peligros. El periodismo impreso también ha sacado partido a las novedades de la red y ha hecho suyas algunas de las novedades citadas anteriormente. Los periódicos del último lustro, han experimentado una gran transformación tanto en el diseño general de sus páginas como en la organización de sus contenidos. Antes los textos periodísticos los conformaba un único artículo, sin embargo en la actualidad se utilizan varios despieces que vienen a imitar las ventanas que se abren en Internet, comparables a la hipertextualidad que permite la red (aunque con la diferencia que estas ventanas permanecen siempre abiertas, a la vista del lector).

De forma creciente, en el nuevo periodismo impreso, los géneros más amplios como entrevistas, crónicas o reportajes -dependiendo de su extensión- pueden portar hasta tres o cuatro despieces. Su función, según Rodríguez Vilamor15, tiene un doble objetivo, al dividir el texto se hace más visual para el lector y, por otra parte, gracias a los titulares, cada uno de esos despieces consigue atraer la atención hacia los distintos apartados de un mismo tema. El periodista debe presentar estos fragmentos del texto principal cuidando que el receptor no pierda la visión de conjunto, para ello ha de mantener una cierta entidad propia. Los cortes han de ser lógicos, de modo que no se deje a un texto descontextualizado. Cada uno de los despieces se ordenarán atendiendo a su importancia, relacionada ésta con el interés que puedan despertar o la relevancia de sus contenidos. Los titulares han de seguir esa misma conexión aunque eso no suponga la reiteración de vocablos.

Los géneros de opinión también se han servido de Internet para incrementar sus servicios. La novedad se presenta gracias a la posibilidad que se le abre al receptor de poder interactuar con los creadores de opinión y exponerles sus planteamientos. Cada vez resulta más habitual que algunos artículos incluyan además de la firma de quien los escribe, la dirección del correo electrónico del autor16. Recientemente, cuando un medio o articulista expresaba su opinión en un comentario, crítico o editorial, el lector no podía dirigirse al autor para comentarle su punto de vista. Su única vía era las cartas al director. Estos planteamientos se ven superados gracias al uso del e-mail, o incluso los foros o las encuestas que los medios impresos ponen en marcha de forma creciente en Internet17.

Nuevos contenidos
Los periódicos a finales del siglo XVIII ya comenzaron a multiplicar sus contenidos y esto no ha cesado. A lo largo del siglo XX, no sólo fueron apareciendo incontables medios especializados, sino que los medios generalistas también lo hicieron con nuevos temas, diversificando sus secciones, y contratando a nuevos redactores expertos tanto en las materias que tratan como en las técnicas para exponerlas. Actualmente, “los procesos de especialización se está acelerando. Lo cual exige perfeccionar aún más los métodos periodísticos para poder dar la visión global de la noticia y no quedarse en el detalle, la anécdota, el fragmento o la superficie”18.

Los medios impresos para hacer frente al avance de la información por Internet también han de presentar nuevos contenidos, como bien expresa Rubén Darío Buitrón, se ha de crecer en calidad además de en cantidad y para ello es preciso, entre otras actuaciones, intervenir en la temática ofrecida, pues, ”la distancia de la competencia será evidente si el medio es capaz de dar valor agregado a las noticias del día y ampliar el arco iris temático”19. Es necesario que la redacción de los periódicos refleje la gran pluralidad de asuntos de la vida diaria contemporánea: ecología, migración, economía doméstica, nuevos roles de la mujer, tradicionales locales, educación, salud, música, cine, espectáculos, farándula, televisión, deportes amateur, turismo interno y externo, niños, personajes de la comunidad, moda, autos, juventud, etc.

Para buscar a otros públicos y facilitar la vida de los lectores habituales la prensa impresa debe presentar hoy de forma creciente temáticas históricamente novedosas, muchas de ellas ya puestas en práctica: internautas, consejos domésticos, trámites burocráticos, defensa del consumidor, acceso a la información pública, rendición de cuentas de los poderes estatales, cocina y nutrición, noticias empresariales, mascotas, viviendas y construcción, dónde comprar (mercados, supermercados, precios de productos, canastas básica) de fin de semana (dónde beber, bailar, divertirse) deportes para la salud, consejos para la familia (matrimonio, hijos, relaciones con los padres, la adolescencia, el divorcio, etc.), información sobre el empleo y recursos humanos, espacios para difundir lo último en libros, discos, vídeos, DVD20.

Hoy, el periodismo impreso contemporáneo se abre a la realidad como nunca antes hizo. Los contenidos actuales reflejan un desplazamiento significativo de la atención periodística tradicional. Los ‘lugares’ y contenidos tradicionales se expanden, fruto seguramente, de la brutal densidad informativa y comunicativa que nos rodea. Asimismo, cada vez resulta más esencial desarrollar estrategias originales y creativas para captar la atención y el interés de los lectores. El nuevo periodismo impreso deberá ser creativo…, o no será.

Periodismo informativo de creación
Actualmente, los trabajos informativos de creación, cuyo objetivo es romper con la redacción y contenidos convencionales incrementan de forma creciente su aparición en las páginas de los periódicos. Aunque su finalidad primordial es informar acerca de los acontecimientos de actualidad periodística, su diferencia se centra en que están escritos con una preocupación importante por la estética del lenguaje, cuidan la calidad narrativa y resultan más amenos. Anteriormente los diarios tendían a ubicar esta información en las secciones que no se estimaban fundamentales como las páginas dedicadas a Cultura, Espectáculo, Contraportada, Sociedad y suplemento dominical. En la actualidad estos contenidos ocupan todas las secciones y el día que más se publican son los domingos.

No existen fórmulas específicas para escribir noticias de creación; sin embargo, como bien señala Mar Foncuberta deben darse dos requisitos previos: conocer a fondo el lenguaje y saber narrar. A ello habría que sumar dominar la información de la que se habla. “Una característica fundamental es que esté construida como un todo en el que cada elemento de la historia desempeña un papel preciso, no tan determinado por la estructura externa como por la coherencia interna del relato. Una noticia de creación ni rehuye los datos ni los colecciona. El único objetivo es conseguir interesar al receptor e introducirlo en el relato”21.

Entre los contenidos que recoge estas creativas formas de redacción periodística se encuentran las que hemos denominado historias con minúscula22, artículos en sus más variadas formas cuyas fuentes son los ciudadanos de la calle. Hemos detectado tres modos en los que esta opción periodística se manifiesta, artículos que giran en torno a uno o varios ciudadanos, noticias que se sirven de sus voces para nutrir sus contenidos y las historias de vida, biografías de personajes populares.

a) En esta búsqueda de nuevos contenidos, los ciudadanos de a pie se van a transformar en protagonistas de la información. Los periodistas trabajan para ofrecer nuevas narraciones haciendo uso de voces no oficiales que tendrán como objetivo romper con la estética y contenidos convencionales. No hablamos de la historia de los personajes reconocidos ni siquiera de los que no lo son pero sus profesiones los hacen distintos y por ello noticiables (historias de vida). Nos referimos a los que viven la actualidad en primera persona, los que fueron víctimas de atentados terroristas, los que vinieron a España en un cayuco o son los hijos de una pareja gay. Son aquéllos que contribuyen a construir la historia con minúscula.

b) El protagonismo de los ciudadanos no sólo se manifestará a través de los artículos donde ellos son la única fuente, sino también en informaciones donde su opinión contraste con la de los expertos. Estimando las voces de los ciudadanos como una fuente informativa más. Ruben Darío Buitrón23 en una calurosa crítica al anquilosado posicionamiento de los diarios latinoamericanos, denuncia precisamente la escasa participación de los ciudadanos en los medios. Con la excusa de que no hay tiempo para buscar nuevas voces, y que las que se repiten son cualificadas, conocedoras y expertas, siempre se recurre a las mismas. Y aconseja que en la búsqueda de fuentes se localice y refleje la enorme diversidad de puntos de vista que estén en la sociedad, en especial cuando los temas son cruciales para la comunidad. A esto habría que sumar o reivindicar que las voces de las que se alimenten los periódicos sean las que han vivido o padecido la noticia, la voz popular, la del ciudadano.

c) Las historias de vida también se incluyen en estos nuevos contenidos. Así las denomina Antonio López en un artículo publicado en la Revista Ámbitos24, tomada del que él señala como pionero en su uso, Julio Ardiles Gray, narrador, dramaturgo y periodista. Aunque estos artículos no tienen como objetivo fundamental narrar la actualidad, la inmediatez, también colaboran de otro modo en reflejar las vidas de personajes que contribuyen a labrar la historia de los ciudadanos, la que no se recoge ni se estudia.

Ardiles Gay se aprovecha de un fenómeno que se produce en su país, Argentina, que es el narrador popular, y del gran número de historias que se pueden contar, como la de “los inmigrantes europeos, españoles, judíos expulsados, soldados de la del 14, que sabían contar muy bien”. Con ello se dio cuenta que había una mina de oro en Buenos Aires, que hacía a su historia y a su sociología.

¿Qué haría si fuera director de un periódico por un día?
Recientemente, el periódico El País25 presentaba en un reportaje titulado ¿Qué haría usted si dirigiera un periódico?, las experiencias del rotativo The Independent. El día 16 de mayo del 2006 el diario británico salió a la calle con una portada diferente: sobre un fondo rojo con varias ilustraciones (una calavera, una paloma de la paz, una jeringuilla), destacaba el paradójico titular: “No News today” (Un día sin noticias). Debajo, en un cuerpo de letra pequeño: “6.500 africanos han muerto hoy a consecuencia de una enfermedad tratable y prevenible. VIH/Sida”. El autor de esta idea era el cantante del grupo U2, Bono, que se había transformado en el director del periódico por un día. Éste, decidió otorgarle gran parte del protagonismo a África, un continente al que normalmente los diarios europeos no le prestan la atención que el cantante querría. Otra de las aportaciones fue que hicieran un perfil humanista sobre Hugo Chávez (“el hombre con los enemigos más famosos del mundo”), un reportaje sobre los kurdos de Irak y le dedicó muchas páginas a deportes. El 50% de la recaudación de ese día se destinó a Product Red, una iniciativa que intenta atraer fondos para financiar la lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria26.

El País siguiendo esta misma idea entrevistó a seis artistas e intelectuales y les preguntó ¿qué haría si fuera director de un periódico durante un día? La personas seleccionadas fueron los cantantes Kiko Veneno y Alaska, la escritora Rosa Regás, el filósofo José Antonio Marina y los diseñadores David Delfín Y Carlos Díez Díez. Hubo respuestas de todo tipo, algunas sugerentes y otras hilarantes.

Kiko Veneno eliminaría los editoriales, aduciendo que “las noticias tienen que hablar por sí solas”, y además le daría dos páginas a las cartas al director. Desplazaría la balanza de la información hacia “la realidad cruda del mundo: África, América Latina, Asia, la miseria, la explotación, la desesperanza. Pero también son realidad cruda del mundo las buenas noticias que nunca salen, la vida y la lucha de tanta gente hermosa, la búsqueda de la libertad y la felicidad contada día a día”. En cuanto a las páginas deportivas, propuso “desfutbolizarlas” y hacerlas “más plurales”.

Otras ideas interesantes las aporta el filósofo José Antonio Marina quien empezaría por hacer un periódico menos caudaloso, porque “leerlos bien y leer más de uno comienza a ser tarea imposible”. Él nunca pondría como titular de cabecera lo que expresan los políticos. Propone secciones nuevas: una dedicada a los creadores y alo que están inventando, una segunda más pedagógica que comentara las implicaciones jurídicas, políticas y éticas de los sucesos, y un tercera que denomina la mirada poética encargada de descubrir posibilidades bellas y estimulantes de la realidad, al estimar que el mundo resulta opresivo y necesitamos encender la llama de la posibilidad”. Por su parte, la escritora Rosa Regás querría ver más artículos que denunciasen la corrupción y además eliminaría cualquier noticia sobre la vida privada de la gente e imprimiría la cartelera en letras más grades y con explicaciones “menos convencionales”.

Nueva estética
Los diarios impresos cada vez cuidan más su estética, presentando sus contenidos de una forma atractiva y sencilla, buscando la seducción visual del lector de prensa. La apariencia formal y gráfica de los periódicos impresos contemporáneos se asemeja, cada vez más, a la propia de las revistas y publicaciones periódicas (magazines, revistas musicales, publicaciones mensuales, temáticas…) en las que la seducción gráfica, la pluralidad de retículas de composición, o los juegos tipográficos resultan tan habituales27.

Lejos queda ya la definición tradicional monocorde y única de la apariencia gráfica y visual del conjunto de las secciones de la prensa escrita, dominada de principio a fin por la hegemonía de los bloques de texto. Hoy, los nuevos soportes periodísticos se acostumbran al uso habitual de fuentes tipográficas creativas, a la deformación de los perfiles de las columnas de texto para (por ejemplo) adaptarse al perfil de la imagen de un personaje, o a la inclusión de numerosas infografías y pictogramas, por citar tan sólo tres ejemplos paradigmáticos del proceso de estetización visual señalado.

La emergencia e implementación de las nuevas tecnologías de la información, y en especial, del amplio catálogo de programas (software) de maquetación y edición y tratamiento gráfico digital tan habituales en todas las redacciones periodísticas en la actualidad, han posibilitado sobremanera (cuando no empujado) este salto gráfico y estético de los medios impresos. La revolución digital ha comportado sin duda innumerables cambios en todos y cada uno de los aspectos que definían el campo y modo de trabajo tradicional del editor gráfico en prensa escrita. En especial, sobre los procesos de trabajo y sobre los recursos utilizados para llevar éste a cabo su tarea.

Adaptabilidad, flexibilidad, elasticidad
A partir de los años 80' las nuevas imágenes de naturaleza ya digital comienzan a aparecer en una escala socialmente significativa en las pantallas de monitores de televisión y del cine, y también poco a poco sobre las páginas de revistas y periódicos, principalmente en las comunicaciones publicitarias. Rápidamente, la producción, circulación y consumo de las imágenes de orden digital continuará incrementándose ya de forma acelerada en los años 90'.

Su introducción en el seno de la vida y de la cultura cotidiana de los países más desarrollados ha resultado a lo largo de la última década sin duda espectacular. Internet, edición de CD's, libros electrónicos, videojuegos, dvd's o nacientes plataformas de televisión digital son tan sólo la punta de un iceberg, que tiene en el reciente y creciente proceso de convergencia digital de medios su exponente más evidente.

En la implementación creciente de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, se conforma un nuevo modelo de la visión. Este nuevo modelo de la visión, autónomo con respecto al modelo de representación moderno, propio de la era de la reproductibilidad técnica, es un modelo de síntesis y virtualización en la construcción de las imágenes28.

La visión contemporánea se reformula así desde la credibilidad y objetividad fotográficas, hacia un nuevo orden de simulación y virtualización. De acuerdo con Martin Lister, “la transición de una imagen fotomecánica, un material analógico que adquiere su sentido de un referente real exterior, hacia las construcciones digitales híbridas e inmateriales, que encuentran sus fuentes en bases matemáticas y virtuales en vez de empíricas, supone un elemento clave de una transformación radical de la cultura visual contemporánea”29.

El proceso de conversión de una imagen analógica a digital conlleva un proceso de traducción de variables físicas y químicas a nuevas variables formalizadas y cuantificadas en una representación codificada numéricamente. Las imágenes digitales poseen unas características técnicas y estéticas singulares con respecto a las condiciones tradicionales de las imágenes de orden fisicoquímico (pintura, grabado, fotografía, etc.). Frente a la materialidad de estas últimas, las imágenes de orden digital resultan inmateriales: su naturaleza es puramente numérica, una serie binaria de orden electrónico-matemático.

En los mismos programas de maquetación y edición gráfica digital, la mayor parte de las distintas herramientas y filtros que se ofrecen consisten, de hecho, en una síntesis digital que simula efectos tradicionales propios de la producción visual anterior. La ausencia de materialidad de la imagen digital se oculta mediante la simulación habitual del estilo gráfico y de la estética propias de medios gráficos tradicionales .

Frente al carácter acabado, cerrado, que presentaba la producción impresa tradicional, la imagen digital se ofrece al autor y al usuario como un work in progress infinito, abierto siempre a la intervención, el retoque, la reutilización y la metamorfosis más radical. La tecnología digital facilita exponencialmente la manipulación de las imágenes, y da lugar así a un material gráfico inestable, frágil, indefinido, extremamente adaptable y transformable.

El proceso de edición y maquetación tradicional, basada en tipos mecánicos y sistemas de impresión que dificultaban tanto los cambios como la actualización constante de las planchas de impresión, deja hoy paso a la posibilidad de actualización ilimitada propia de los archivos digitales. La digitalización ha comportado para el arte tipográfico unas posibilidades ilimitadas de creación, gestión, composición y experimentación con tipos, ahora intangibles y escalables.

La repercusión y ecos de la tipografía digital se muestran de forma explícita en todos y cada uno de los ámbitos tecnológicos que nos rodean. La flexibilidad y posibilidades que ofrecen las fuentes y tipos digitales han permitido su irrupción profunda en la edición u autoedición de prácticamente la totalidad de los procesos comunicativos que nos envuelven. La nueva tipografía digital no consiste en un paso gradual más en la vieja historia de la prensa. Se trata de una auténtica revolución, que modifica de forma evidente el proceso de diseño y edición de un periódico.

En este sentido, José María Cerezo señala muy adecuadamente como "la revolución más radical en términos visuales de esta década digital, mucho más que en el tratamiento digital de la imagen o en la realidad virtual habrá que buscarla en el fuerte crecimiento de la tipografía. La aparición de los ordenadores personales ha puesto en nuestras manos, mediante el software adecuado, las más potentes herramientas para la fundición digital de caracteres. El efecto ha sido fácilmente cuantificable: las 5.000 fuentes que catalogaban los más completos muestrarios de tipos de hace un par de décadas, se han multiplicado por más de 10 en los últimos años y todas están disponibles en alguno de los formatos digitales necesarios, en tiendas de informáticas, papelerías técnicas o en internet (...) Se ha producido el diseño frenético de nuevos tipos, el rediseño de gran parte de los clásicos y la adaptación de diversos ojos tipográficos pretéritos”30.

Los periódicos impresos testimonian de forma amplia y clara esta revolución gráfica y tipográfica. La escalabilidad inherente al conjunto del grafismo digital da lugar a producciones esencialmente elásticas, fruto del carácter abierto e indefinido, en constante cambio y actualización, de los numerosos sistemas y dispositivos de visualización existentes sobre los que éste se implementa de forma creciente el diseño de los periódicos. Asimismo, un amplio catálogo de fuentes tipográficas creativas, no válidas para componer textos de forma habitual, pero sí para crear títulos, composiciones plásticas y ornamentaciones de gran cromatismo y riqueza formal, son ya usadas en periodismo impreso.

Más allá de las normas, pautas y criterios heredados en aras de una óptima transmisión de la información escrita, la experimentación con tipos digitales permite subvertir y hacer explotar desde dentro dichas convenciones, exponiendo la relatividad de éstas, así como los amplios campos de posibilidades gráficas y estéticas antes desechados.

Esta nueva forma de editar y maquetar supone un cambio de mentalidad importante sobre la proyección tradicional. Se tratará de aprovechar y valorar de forma positiva la flexibilidad que permite las herramientas digitales para crear soluciones reconfigurables u ofrecer opciones alternativas, proponiendo y soluciones gráficas que expriman de modo consciente el carácter eminentemente variable que imprimen las condiciones estéticas propias de los entornos digitales.

¿Quién se creerá más una fotografía?
Hace ya más de una década, William Ostendorf, por entonces miembro destacado de la National Press Photographers Association (NPPA), se atrevía a lanzar una pregunta retórica (aparentemente) descabellada ante la irrupción generalizada de las imágenes y fotografías digitales en el conjunto de los medios impresos contemporáneos: “...decíamos a menudo que una imagen equivale a mil palabras, o que una fotografía no miente. Pues bien, ahora sí que mienten. Y pueden mentir de una forma convincente. A medida que la manipulación digital se convierta en más económica y común, ¿quién se creerá más una fotografía? Yo creo que nadie. La fotografía digital llevará este proceso mucho más lejos. No se trata sólo de una innovación; se trata de un cambio funcional en aquello que era la fotografía. Ahora, ésta, desligada de los componentes de plata sobre una placa, de la película o del papel, se convertirá virtualmente en un nuevo medio”31.

La fotografía digital, efectivamente, se ha convertido en más económica y común, hasta desplazar y arrinconar el papel de las imágenes fotográficas de naturaleza química y material. Hoy, el retoque y la edición digital imperan en todas y cada una de las actuales redacciones de la prensa impresa, transformando completamente el estatuto de verdad y certeza de la imagen periodística. En la actual era de la información, el medio fotográfico se ha disuelto en el resto de canales y medios comunicativos dominantes hoy en día. Visualmente, la era contemporánea aparece dominada por los medios electrónicos audiovisuales y de simulación digital. Nuestra época ya no es la de la reproductibilidad técnica, sino la de la simulación electrónica.

El rápido desarrollo en tan sólo dos décadas de un amplio abanico de técnicas gráficas digitales forma parte de una reconfiguración extensiva de las relaciones entre el sujeto moderno y los modos de representación dominantes. La visión contemporánea se reformula así desde la anterior credibilidad y objetividad fotográfica hacia un nuevo orden visual de simulación y virtualización.

Por un fotoperiodismo interpretativo
Las viejas metáforas atribuidas a la fotografía ("Espejo con memoria", "Notario de la Historia") pierden fuerza y los teóricos de la fotografía empiezan a referirse a la muerte de la fotografía, a una fotografía después de la fotografía e incluso a una Post-fotografía. El incuestionable valor documental de la imagen periodística, la franca credibilidad y objetividad con la que ha ejercido su función a lo largo de la historia del periodismo impreso, vive hoy sus horas más bajas. El nuevo periodismo impreso es sin duda un periodismo esencialmente gráfico y visual, en el que la importancia, lugar y cantidad de recursos gráficos y visuales ha crecido enormemente en la última década. Sin embargo, este incremento de la dimensión gráfica de las páginas de los periódicos impresos en detrimento de los bloques y columnas de texto no camina parejo con un incremento de la certidumbre y ‘valor de verdad’ de la imagen fotográfica, sino precisamente de su contrario.

La respuesta periodística más adecuada a esta devaluación de la imagen fruto de su radical profusión en la cultura visual contemporánea, deberá proceder, tal y como hemos señalado anteriormente para el trabajo escrito en prensa, del aumento y potenciación de su dimensión interpretativa. El fotoperiodismo –digital- deberá combatir la (hoy indispensable) cultura de la sospecha sobre toda imagen reproducida, mediante el desarrollo efectivo de un intenso trabajo de medición y conceptualización de las dimensiones de los acontecimientos captados en las instantáneas.

Asimismo, el trabajo del editor gráfico resultará fundamental. Hoy, el acto fotográfico no se detiene en el momento de la toma fotográfica, en las redacciones periodísticas se actualiza y dimensiona esa toma inicial de acuerdo con el tratamiento, retoque y/o edición final para su presentación.

El editor gráfico resulta así un pleno co-autor de la imagen original. Con el software de edición digital a su alcance, deberá ser capaz de relacionar un hecho que acaba de registrarse con otros simultáneos o anteriores, e incluso con acontecimientos que pueden suceder en un futuro. Las imágenes del nuevo periodismo impreso deben recuperar su valor mediante la implementación de un completo ejercicio de hermenéutica periodística: imágenes que sean capaces de escapar de la saturación visual contemporánea, de explicar lo ocurrido, y ofrecer así elementos significativos a los lectores para una interpretación adecuada de los hechos

Coda final: nuevo viejo periodismo
Sin duda, la aparición de un nuevo medio de comunicación origina un proceso de desplazamiento y reidentificación de los medios ya existentes al nuevo escenario comunicativo. En las páginas precedentes, hemos pretendido precisamente explorar el proceso de redefinición y adaptación del periodismo impreso ante la emergencia de Internet y del conjunto de los nuevos medios de comunicación digital a partir de los años noventa, señalando las direcciones cambiantes más significativas que caracterizan el nuevo periodismo impreso, en ocasiones de forma exclusiva, y en otros casos por imitación o inspiración en las nuevas dimensiones comunicativas que abre Internet.

En apenas una década, hemos sido testimonios de cómo el periodismo impreso contemporáneo ha experimentado un intenso proceso de refundación de su naturaleza y de sus fines, con el fin de adaptarse y dar respuesta al singular escenario comunicativo contemporáneo. Un escenario comunicativo en el que se abre hoy paso un interminable debate sobre el alcance de la novedad de los media digitales, o de los, así denominados, New Media, en relación con sus antecesores no digitales. ¿Duplicidad real o ilusoria? Los anteriores canales unitarios devienen hoy dobles. Periodismo y Periodismo digital. Cine y Software Cinema. Televisión y Televisión interactiva, Mail E-mail..., y así con prácticamente todos y cada uno de los hoy nuevos viejos media.

El proceso reciente de adaptación de los mass media tradicionales al nuevo hábitat digital a) ¿supone sólo un salto evolutivo de las viejas especies?, o por el contrario b) ¿estamos asitiendo al surgimiento (revolucionario) de -si se nos acepta la analogía animal- especies nuevas? En otras palabras, la lógica que domina dicho proceso de digitalización ¿esconde (plena) novedad o se trata de (mera) evolución?

Las respuestas evolutivas al debate planteado matizan y aceptan con cautela la supuesta independencia de los nuevos media frente a los viejos media, señalando el peligro que supone convertir la expresión new media en una nueva consigna de moda transitoria y de rápida caducidad, y analizando críticamente la radical ambigüedad histórica que supone –como en tantas ocasiones anteriores- el uso de la misma expresión ‘nuevos medios’. Por contra, en las soluciones vanguardistas opuestas, la misma etiqueta, más allá de su posible uso meramente descriptivo, posee e implementa la promesa de una renovación cultural radical.

Amplio es el debate que se esconde tras los sentidos y posiciones enfrentados referentes a la validez y significado último del (nuevo) término New Media. Un debate rehén, en demasiadas ocasiones, de un excesivo determinismo tecnológico, de la creencia tácita de que la novedad técnica garantiza y empuja una novedad discursiva (sic).

Los argumentos en uno u otro sentido, tiempo hace ya, se suceden sin fin. Y frente a esta discusión sin aparente resultado, quizás la solución consista en recordar y en señalar –tal y como hemos intentando hacer en las páginas precedentes-, como la irrupción de novedades (históricas) no está hoy sólo en el nuevo periodismo digital; nos aguarda también en un renovado periodismo impreso, que se adapta y consigue dar respuesta a diario -en ocasiones de forma radicalmente original y creativa-, al nuevo escenario comunicativo contemporáneo. Un ‘viejo’ periodismo más joven que nunca.

Notas:

1 No por ya clásicas dejan de resultar aleccionadoras en este sentido las obras de Marshall McLuhan, “La Galaxia Gutenberg” (1962) y “Comprender los medios de comunicación” (1964), dedicadas a detallar ambas como la irrupción de tecnologías incipientes (la imprenta, los medios audiovisuales, …) no extingue ni usurpa los usos y funciones de las tecnologías anteriores.
2 Según el informe reciente World Press Trends 2006 Tde la World Association of Newspapers la circulación de diarios de pago creció el 0,56 por ciento en el mundo en el 2005 y el 6 por ciento entre el 2001 y el 2005. Si se incluyen las publicaciones de distribución gratuita, la circulación total de diarios aumentó el 1,21 por ciento en el 2005 y el 7,8 por ciento en los últimos cinco años. El número de cabeceras publicadas diariamente bajó el 0,3 por ciento en el 2005 pero creció el 8,1 por ciento en el período 2001-2005. Con los diarios gratuitos la circulación total de cabeceras aumentó el 0,06 por ciento el año pasado y en los últimos cinco años registró una expansión del 8,9 por ciento. El informe de la WAN destacó además que la demanda de diarios por internet aumentó el 8,71 por ciento el año pasado y en el período 2001-2005 dió un salto del 200 por ciento, una señal del impacto de las nuevas tecnologías en las publicaciones periódicas tradicionales. Para consultar el informe completo, véase: (http://www.wan-press.org/)
3 Cantavella, Juan y Serrano, José Fco. (coords): Redacción para periodistas: informar e interpretar, José Mª Sanmartín: “Más allá de la noticia: El periodismo interpretativo”. Ed. Ariel. Barcelona, 2004, pág. 334.
4 Bezunartea, Ofa; Del Hoyo, Mercedes y Martínez, Florencio: Lecciones de reporterismo. Ed. Universidad del País Vasco. Bilbao, 1998, pág. 101.
5 Ibidem, pág. 102.
6 Véase en este sentido: Bogart, Leo. La prensa y su público: quién lee qué, cuándo, dónde y por qué en los diarios norteamericanos. Editorial Eunsa Pamplona, 1985.
7 Ver Fagoaga, Concha. Periodismo Interpretativo, el análisis de la noticia. Editorial Mitre, Barcelona, 1983.
8 José Mª Sanmartín: “Más allá de la noticia: El periodismo interpretativo” en Cantavella, Juan y Serrano, José Fco. (coords.): Redacción para periodistas: informar e interpretar, Ed. Ariel. Barcelona, 2003, pág. 335.
9 Véanse, entre otras obras posibles apoyando este mismo sentido: Killian, Crawford. Escribir para la Web. Ediciones Deusto. Donosita. 2001. y Nielsen, Jacob. Usabilidad. Editorial Prentice Hall. Madrid, 2000.
10 Cantavella, Juan y Serrano, José Fco. (coords.), José Rodríguez Vilamor: Redacción para periodistas: informar e interpretar. “El periodista multimedia y la transformación de los géneros”. Ed. Ariel. Barcelona, 2003, pág. 87.
11 Ward, Mike: Journalism Online. Focal Press. Oxford, 2002, pág. 123.
12 Sandoval, Mª Teresa: “Géneros informativos: La noticia”, en Díaz Noci, Javier y Salaverría Aliaga, Ramón (coords.): Manual de redacción ciberperiodística. Ariel. Barcelona, 2003, pág. 442.
13 BUITRÓN, RUBÉN DARÍO: “Nuevos desafíos en las salas de redacción”, Revista Latinoamericana de Comunicación CHASQUI, junio, número 090 Centro Internacional de Estudios superiores de Comunicación para América Latina, Quito, Ecuador, pág. 48-49.
14 Aguayo, Andrés: “El periodista que nunca se equivoca”. El País, 3 de septiembre de 2006.
15 Rodríguez Vilamor, José: “El periodista multimedia y la transformación de los géneros” en Cantavella, Juan y Serrano, José Fco. (coords.): Redacción para periodistas: informar e interpretar. Ed. Ariel. Barcelona, 2003, pág. 88.
16 Así resulta habitual en España en cabeceras como El Mundo o La Vanguardia, entre otros.
17 Cánovas, Joan Frances: “Los géneros argumentativos” en Díaz Noci, Javier y Salaverría Aliaga, Ramón (coords.): Manual de redacción ciberperiodística. Ariel. Barcelona, 2003, págs. 528-529.
18 Sanmartín, José Mª: “Más allá de la noticia: El periodismo interpretativo” en Cantavella, Juan y Serrano, José Fco. (coords.): Redacción para periodistas: informar e interpretar. Ed. Ariel. Barcelona, 2003, pág. 338.
19 Buitrón, Rubén Darío: “ Nuevos desafíos en las salas de redacción”, Revista Latinoamericana de Comunicación CHASQUI, junio, número 090 Centro Internacionadl de Estudios superiores de Comunicación para América Latina, Quito, Ecuador, pág. 50
20 Idem.
21 Foncuberta, Mar de: Op. Cit, pág. 88.
22 Cárdenas Rica, Mª Luisa: “Historias con minúscula. Los ciudadanos protagonistas de la información”, en Gómez y Méndez (ed.): Entre la formación y la comunicación. Asociación Cultural Est Libri. Colección Investiga-3. Huelva, 2005.
23 Buitrón, Rubén Darío: “Nuevos desafíos en las salas de redacción", Chasqui. Revista latinoamericana de Comunicación (http://comunica.org/chasqui/90/diario90.htm). Consultado 16/11/2005UTH.
24 López Hidalgo, Antonio: “La “Historia de vida” periodística, un género poco usual en la prensa española”, Ámbitos, nº 6, 1er semestre de 2001, págs. 95-106.
25 Pérez-Lanzac, Carmen: “¿Qué haría usted si dirigiera un periódico?”. El País, 4 junio 2006.
26 Otro periódico británico como The Guardian invitó a varias personalidades (entre otros el actor Kevin Spacey o la artista Sam Taylor-Wood) a dirigir las páginas de su suplemento G2.
27 Una muestra significativa del proceso descrito lo encontramos en la creación e importancia creciente de premios de diseño en prensa. Véanse, entre otros ejemplos, encuentros internacionales tales como los TWorld Summit of Design in the Press, (http://www.pressnetweb.com)
28 Un estudio inaugural, de gran interés para comprobar el carácter dominante ficcional y constructivo de las nuevas imágenes de síntesis, es : MITCHELL, William J. The eye redefined. Massachussets INstitute of Technology Press, 2002.
29 LISTER, Martin. The Photographic Image in Digital Culture. Routledge Paul Kegan. London, 1995.
30 José María Cerezo. Diseñadores en la nebulosa. El diseño gráfico en la era digital. Editorial Biblioteca Nueva. Madrid, 1999.
31 OSTENDORF, Bill. “Qui es creurà més una fotografia?” Diari AVUI. Barcelona, 23 abril 1996. (Traducción de los autores).
Dr. Jordi Alberich Pascual
Centro Andaluz de Estudios Superiores CEADE (Centro asociado Prifysgol Cymru-University of Wales), España.

Dra. María Luisa Cárdenas Rica
Centro Andaluz de Estudios Superiores CEADE (Centro asociado Prifysgol Cymru-University of Wales), España.




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